"En una vida como en una batalla hay momentos decisivos para fijar el curso de los acontecimientos, existen algunas disyuntivas en nuestra biografía cuya resolución gravitará sobre el resto de nuestros días, y que darán un sentido determinado al argumento de nuestra historia. Judas Iscariote —el apóstol traidor— tomó una decisión de esa naturaleza cuando decidió entregar a su amigo y rabí a los sacerdotes por treinta monedas de plata, César lo hizo cuando cruzó el río Rubicón desafiando con ese gesto la autoridad del Senado; Napoleón cuando, contra toda prudencia, ordenó a su Grande Armée atacar a la Santa Rusia…(As de Espadas)
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