Lo real-material tiene carácter intelectivo y toda conceptuación lógico-racional tiene también carácter físico-material.
Somos seres intelectivos pero arrojados a un "ahí", que es físico-material, que es tiempo y espacio.
La aprehensión intelectiva aúna en cada uno de sus niveles estos dos aspectos del saber —intelectivo y material— de tal modo que ninguno de ellos tiene prioridad sobre el otro.
El modo de estar en el mundo no es primariamente interpretativo-comprensivo, ni tampoco lógico-racional .
En el mundo estamos implantados aprehensivamente, esto es, físico-intelectivamente.
El análisis, reconstrucción e interpretación de este hecho es el punto de partida y el elemento determinante de toda la reflexión filosófica.
La plataforma intelectual-práctica, constituida en la implantación del ser humano en lo real, es lo que podemos entender en este contexto por «experiencia» .
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